Ella lo sabía

Es la "amiga" de tu amigo, y aunque acabas de conocerla no parece haber dado su nombre. Los nombres no son importantes, te dices, y luego ella dice exactamente lo mismo como si hubiese leído tus pensamientos. Los tres han tomado asiento en uno de los sillones del bar, ella al medio, tú nada lejos a su izquierda. Hablan.

La música y el licor nunca fueron tu fuerte, pero que no se diga que jamás te brindaron fuerzas, y menos ahora que la tienes tan cerca como si veinte minutos de conversación hubiesen sido suficientes para hacerla "amiga" tuya. Ese vestido negro es asesino, pero lo que atrae tu mirada no es el escote revelador ni las piernas seductoras, sino la forma en la que cierra los ojos al sonreír. Eso es lo que te mata. Hablan.

Cuando tu amigo se levanta para ir al baño, y no antes, te decides a actuar. Sin nada de titubeos escabulles tu mano hacia la suya y entrelazas los dedos con los de ella. El plan era sacarla a bailar, hacer el ridículo en la pista de baile como siempre lo has hecho pero atreverte a causar una impresión en ella, cualquiera. No quiere bailar. Pero no suelta tu mano. Hablan.

Pronto es un mar de lágrimas, hunde el rostro en tu hombro y confiesa sus pecados como si le hablara al mismo Dios, como si creyese que hallará la salvación contigo. El amigo parece estar tardándose demasiado. Estamos solos, te dices, y luego ella dice exactamente lo mismo como si hubiese leído tus pensamientos. Te mira. La miras. Ya no hay música, ya no hay gente, ya no hay alcohol en tu sangre, ya no hay distracciones. Ahora es el momento. Vomitas.

La primera impresión cuenta, pero la última cuenta más.

Comments

  1. "La primera impresión cuenta, pero la última cuenta más."

    Qué tal forma de explicarlo xD jajaja

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  2. Tenía otra historia pensada, pero esta me pareció super precisa :P

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