Posts

Showing posts from March, 2010

Invisible a la vista

Image
Lo vi caminando por el parque y supe de inmediato cuál era su historia. Supe que participó en un juego donde tuvo que enfrentarse a cada una de las cosas a las que teme arriesgándose a perder probablemente lo más importante que toda persona posee: su identidad. El juego de por sí ya sonaba extraño y difícil de sobremanera, pues ¿quién se atrevería a enfrentar todos los peores miedos? Perdió, por supuesto. Cuando lo vi ya llevaba dos meses sin identidad. Había vagado por el mundo conociendo a centenares de personas, visitando a familiares y amigos y tratando de volverse famoso con muchas de sus innovadoras ideas. Pero nadie podía recordarlo. Se presentaba ante alguien y al cabo de unos segundos era olvidado por completo, como si nunca hubiese existido. Y presentarse nuevamente resultaba en lo mismo. Incluso su familia había dejado de saber quién era, y para sus amigos era como un extraño más. Su nombre no significaba nada, su cara era la misma siempre pero sin rasgos que lo definieran.

Disociación

Image
Por años había creído que una persona no está comple- tamente sola, que cuando nadie más está alrededor siempre se está con uno mismo. Esto lo pensaba, en un principio, desde la noción que tenía de su cuerpo y su mente como entes individuales, siendo él lo segundo. Pero con el tiempo desechó esta parte de la idea general y pasó a creer algo similar pero con importantes diferencias. Comenzó a verse a sí mismo como la suma de sus estados consciente e inconsciente, aunque él siendo lo primero. Todas sus reflexiones hicieron que me preguntara si podía estar en lo cierto, que nunca estamos totalmente solos, pues nos tenemos a nosotros mismos como compañía. Suena trillado considerarnos más que uno solo, pero durante unas semanas traté de estar atento a mis pensamientos y actitudes cuando me encontraba por mi cuenta, y descubrí algo maravilloso y escalofriante. Estaba solo, eso está claro, pero no podía dejar de tener esta extraña sensación de estar acompañado, y la forma en la que pensaba

La niña en el cristal

Image
¡ Listo! Ahora imagina un espejo del tamaño que quieras, pero no más pequeño que tu cabeza. Se encuentra colgado en un pasadizo con paredes cremas, en una parte de tu casa que cruzas por lo menos siete u ocho veces al día, así que hay momentos de sobra para echarle al menos un vistazo. Apenas lo tengas en tu mente entenderás de qué va la cosa. La tercera vez que vas por el pasadizo durante un día cualquiera te detienes frente al espejo y notas algo que no estaba ahí antes. Pero tras segundos de inspección comienzas a considerar la posibilidad de que sí lo haya estado y que, en todo caso, lo pasaste por alto cada vez anterior. Con la cabeza hecha un meollo decides prestarle atención finalmente. Al inicio te divierte sus movimientos, los sigues como jugando, sonríes y aplaudes. Al rato, más relajado, te concentras en sus características, lo encuentras conocido en seguida, pero pronto pierde cualquier rastro de familiaridad. Ya aburrido y tú casi a punto de seguir tu camino, te preguntas