Bajo tierra
Suaves toques a lo largo de su espalda con cada uno de los dedos, y besos acaramelados por el cuello cual manjar irrestible son los últimos recuerdos en la mente de una lombriz de tierra que alguna vez fue humano y que ahora no hace más que arrastrarse en busca de comida. Hoy se siente orgullosa de haber amado, y mañana tendrá el placer de acurrucarse junto a su amor verdadero, un guante de jardinero. Rojo, específicamente. Nada mejor que un sueño cumplido luego de uno destr uid o.