Tanto y tan poco

Entre charcos de miel y pelusas rosadas tu imagen va perdiéndose, va volviéndose una mezcolanza de insignificancias. Lo real se desdibuja por culpa de mis falsos recuerdos, se convierte todo en una fuente de nostalgia desconsoladora a la que vuelvo sólo para tratar de conseguir piezas de ti, piezas que no encajan, que no son suficientes. Creo saber quién eres; creo saberlo y no sé por qué.

Me arrimo a la idea de una conexión mística, esas que se quiebran con tanta facilidad. No entiendo cómo ni cuando se generó, y me desarmo buscando la respuesta; quizás ahí donde se esconde esté también la razón por la que todavía confío en conexiones de ese tipo. Pero tal vez se trate de algo más pragmático, más asentado en la lógica. Quizás nos conocimos por mera casualidad, quizás somos como somos y estamos donde estamos porque las circunstancias así se dieron. Quizás no es nada especial.

Pero sin importar de dónde vinimos o hacia adónde fuimos, nos hicimos compañía mientras nuestros caminos se cruzaron. Eso es lo más triste. Y eso es lo que más voy perdiendo, aquello a lo que más me aferro. Ya no puedo confiar en mis recuerdos, no puedo volver sin sentir el peso nostálgico; me hundo tan solo de pensarte. Y así voy muriendo, de a poquitos, sin dolor, sin arrepentirme, sin forma alguna de evitarlo. Porque seguiré regresando, seguiré buscándote y seguiré fallando hasta que no haya más por lo que fallar.

Entre charcos de miel y pelusas rosadas tu imagen va perdiéndose; te voy perdiendo y tú misma te pierdes. Entre perros, varitas mágicas y caramelos te veo bailar, allá lejos, allá inalcanzable, allá donde ni mi voz ni mis silencios llegan. Entre tanto aquí estaré, aquí me quedaré, con mis recuerdos ilusivos y la nostalgia como asesina, hasta terminar de hundirme, hasta volver a desconocerte. Y así volver a comenzar todo de nuevo.


El pasar del tiempo se suma a la distancia que ya separa a las personas.

Comments

Popular posts from this blog

Aprehensión

El peso del saber

Crudo