Sin aire
Vivo en la incertidumbre y en ella me consumo, con una duda atorada en la garganta que me asfixia, que me mata. Necesito una verdad, cualquier verdad que pueda satisfacerme, cualquiera que apacigüe esta inseguridad asesina y que me deje tranquilo, al menos en paz por unos momentos. Estoy cansado de vivir con los ojos cerrados por miedo a ver lo que es real, porque la realidad es insoportable, porque lo verdadero no es para todos y, a veces, creo que tampoco para mí. Pero ya no quiero verdades hechas cenizas en la punta de la lengua, ya no quiero tragar mentiras y atorarme con engaños; esto no es para mí. Necesito una verdad, ver con claridad y vivir, esta vez, libre. Hasta que la comodidad vuelva a atraparme, hasta que otra vez me conforme y que la duda en la garganta se convierta en una extensión de mi cuerpo. Vivo y sin vida. ¿Saber o vivir en la ignorancia?