Invisible a la vista
Lo vi caminando por el parque y supe de inmediato cuál era su historia. Supe que participó en un juego donde tuvo que enfrentarse a cada una de las cosas a las que teme arriesgándose a perder probablemente lo más importante que toda persona posee: su identidad. El juego de por sí ya sonaba extraño y difícil de sobremanera, pues ¿quién se atrevería a enfrentar todos los peores miedos? Perdió, por supuesto. Cuando lo vi ya llevaba dos meses sin identidad. Había vagado por el mundo conociendo a centenares de personas, visitando a familiares y amigos y tratando de volverse famoso con muchas de sus innovadoras ideas. Pero nadie podía recordarlo. Se presentaba ante alguien y al cabo de unos segundos era olvidado por completo, como si nunca hubiese existido. Y presentarse nuevamente resultaba en lo mismo. Incluso su familia había dejado de saber quién era, y para sus amigos era como un extraño más. Su nombre no significaba nada, su cara era la misma siempre pero sin rasgos que lo definie...